Alcaldesa de Barcelona, conseller de Salut, secretario de Salut Pública, diputadas y diputados del Parlament, Congreso y Diputació de Barcelona, autoridades, señoras, señores, amigos y amigas:
¡Buenos días a todos!
En nombre de Projecte dels NOMS quiero darles las gracias por acompañarnos en esta 23ª edición del Memorial Internacional del Sida en Barcelona.
Desde 1994, de manera ininterrumpida, nos hemos sumado cada año a esta iniciativa internacional que nació en 1983 impulsada por la comunidad gay en San Francisco y Nueva York ante la ola de devastación provocada por el sida en nuestro colectivo.
Nos reunimos una vez más en este jardín donde el año 2003, con motivo del décimo aniversario de Projecte dels NOMS, inauguramos este espacio permanente de recuerdo de los que ya no están y de reafirmación de nuestro compromiso en la respuesta al sida.
Estamos aquí para honrar la memoria de tantos seres queridos: parejas, amantes, amigos, hermanos y hermanas, hijos e hijas, padres y madres que el sida nos ha arrebatado. Estamos aquí también para no olvidar las terribles circunstancias en que murieron, especialmente en las primeras etapas de la epidemia, pero también aún hoy cuando en muchos lugares del mundo la injusticia y las desigualdades siguen condenando las personas con VIH a vivir y a morir en medio de un sufrimiento indescriptible.
La historia del sida es, ciertamente, una historia de sufrimiento, pero también es una historia de resiliencia, de estoicismo y, sobre todo, de lucha, superación y capacidad de respuesta por parte de los propios afectados y afectadas.
Nadie puede poner en duda que, desde los inicios de la epidemia, las personas con VIH hemos sido capaces de organizarnos para sobrevivir y hacer valer nuestra dignidad y nuestros derechos. E, incluso, hemos logrado ir mucho más lejos que eso. A lo largo de estos 35 años de epidemia, hemos sido capaces de dar respuestas muy efectivas al sida, creando programas de control de la epidemia y de apoyo a los afectados que han trascendido nuestro propio colectivo.
Permítanme que en este sentido mencione el proyecto BCN Checkpoint, el centro comunitario, pionero en Europa, de promoción de la salud sexual y detección del VIH y otras infecciones de transmisión sexual para hombres gais, bisexuales, otros hombres que tienen sexo con hombres y mujeres transexuales que gestiona nuestra entidad y que este año celebra sus primeros 10 años de historia.
A lo largo de este tiempo, BCN Checkpoint ha promovido un verdadero cambio de paradigma en la prevención del VIH. En la actualidad da servicio a más de 6.000 usuarios cada año y diagnostica más de una tercera parte del total de las infecciones que se registran anualmente en Catalunya en nuestro colectivo. Además, con el paso del tiempo se ha convertido en un referente internacional, y este modelo de intervención comunitaria, nacido en Catalunya, se ha replicado por toda Europa a la vez que ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud, el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades y también ONUSIDA, que lo recomiendan por sus resultados y buenas prácticas en sus respectivas guías para el diagnóstico y prevención del VIH.
Por tanto, podemos afirmar que la respuesta que la propia comunidad ha sabido dar está actuando en Catalunya como un verdadero dique de contención de la epidemia. Y todo esto lo hemos hecho con unos recursos públicos muy limitados y con un apoyo por parte de las administraciones del todo insuficiente.
Nos sentimos muy orgullosos del trabajo hecho, pero no podemos conformarnos con él, porque nuestro objetivo y esperamos que también el de todos ustedes no es sólo impedir el crecimiento de la epidemia, sino conseguir reducir la incidencia de nuevas infecciones hasta ponerle fin.
Más de treinta años después de su irrupción, en nuestro país el VIH/sida no es de ninguna manera un problema bajo control, aunque a veces se pueda percibir así. Por el contrario, Catalunya, desde hace tiempo, registra una media anual de unos 800 nuevos casos. Este goteo constante de infecciones nos sitúa entre los países europeos más afectados. Nuestra tasa de nuevas infecciones, así como la del conjunto del estado, está muy por encima de la media europea y, con todo, somos de los países de nuestro entorno que menos recursos dedicamos a la prevención de la epidemia.
El VIH sigue comprometiendo de por vida la salud de miles de catalanes. En el caso concreto de nuestro colectivo la situación es particularmente dramática: durante la última década, el número de casos en Catalunya se ha incrementado en un 129% y, en Barcelona ciudad, el 82% de las nuevas infecciones se diagnostican en este mismo grupo de población.
Unos datos del todo inaceptables y aún más si se tiene en cuenta que estas infecciones no se distribuyen de manera homogénea entre el conjunto de la sociedad, sino que se concentran casi exclusivamente en un colectivo que apenas representa el 4% del total de la población. Y esto es gravísimo, porque lo condena a soportar casi en solitario todo el peso de la epidemia generación tras generación.
Y, a pesar de todo, con una incidencia de nuevas infecciones tan brutal como la que tenemos, no nos sentimos suficientemente apoyados por nuestras instituciones públicas. Nos atreveríamos a decir que también aquí, cuando la sociedad entendió que la epidemia ya no iba con ella sino que era cosa de minorías -homosexuales a la cabeza, pero también usuarios de drogas e inmigrantes entre otros- se desentendió, tal como ya había pasado en los inicios de la epidemia permitiendo que el VIH se extendiera hasta el desastre global que representa hoy en día.
Porque si no, ¿cómo se explica que en nuestro país la respuesta política a un problema que nos afecta tan gravemente sea tan poco consistente? ¿Cómo se explica, a la vista de todos los indicadores, que se permita que la más grave crisis de salud pública por la que jamás hayamos tenido que atravesar se perpetúe de esta manera en el tiempo? En Cataluña, entre el 17 y el 20% de los hombres gais estamos infectados por el VIH. Si esta prevalencia fuera la misma en el conjunto de toda la población catalana, ¿están seguros de que la respuesta política sería la misma?
¿Cómo se explica que en estos momentos no dispongamos aún del plan específico para hacer frente al VIH en nuestro colectivo, que reclamamos desde hace tantos años, y al que se comprometió, de forma inequívoca, el entonces conseller de Salut en la pasada legislatura en el marco de este mismo memorial?
¿Cómo se entiende que a pesar de existir una herramienta preventiva tan segura y eficaz como es la profilaxis preexposición (la PrEP) recomendada por todos los expertos, incluida la OMS y ONUSIDA, aún no se haya dado ningún paso efectivo en nuestro país para hacerla accesible a las personas que están más en riesgo?
La PrEP cuenta con un amplio consenso por parte de las entidades LGTBI, como hemos puesto de manifiesto esta misma semana en nuestro manifiesto conjunto con motivo del Día Internacional contra la LGTBIfobia. ¡La implementación de un plan de acción específico que incluya la PrEP para detener el VIH es una cuestión de ética! Nos hemos pasado treinta años esperando una solución para el VIH y ahora que la tenemos no la hacemos accesible a quienes más la necesitan.
Los ciudadanos y las ciudadanas merecemos una mejor respuesta política al VIH/sida de la que se nos ha dado hasta ahora. El sida ha caído de la agenda política; nuestros gobernantes no están ejerciendo el liderazgo que la epidemia exige para poder hacerle frente de manera eficaz.
Entendemos, pues, que debemos plantarnos y decir ¡basta! ¡Digamos basta! ¡Basta de una salud pública que se dedica a contabilizar casos pero que es incapaz de resolver el problema! ¡Basta de derrochar los escasos recursos públicos que se dedican en Catalunya a prevenir el VIH en intervenciones inefectivas que no priorizan a nuestro colectivo! Basta de hacer recaer la culpa de las infecciones en los propios afectados con el argumento simplista de que se ha perdido el miedo a la enfermedad, alimentando aún más el estigma contra las personas que vivimos con el VIH.
El pasado 1 de diciembre, coincidiendo con el Día Mundial del Sida, Projecte dels NOMS, conjuntamente con los compañeros de Afirma’t y el apoyo de diversas entidades constituimos la Plataforma Gais Contra el VIH para exigir de una vez por todas medidas eficaces para acabar con la epidemia en nuestro colectivo.
Sabemos muy bien qué hacer para detener el VIH. Y tengan presente que no pasa sólo por ser políticamente correctos y aprobar declaraciones institucionales que, en muchos casos, acaban siendo papel mojado. Combatir el VIH pasa por la aprobación urgente del plan de acción específico que reclamamos, dotándolo de los recursos necesarios para poderlo implementar y ejecutar. Un plan de acción basado en estrategias de demostrada eficacia, como son el tratamiento como prevención mediante el incremento de pruebas de detección del VIH y la frecuencia de las mismas, el control sistemático del resto de ITS y la implementación inmediata de la PrEP. Medidas que en ciudades como San Francisco, con un perfil de epidemia muy parecido al nuestro, han logrado reducir en más de un 30% los diagnósticos de VIH en sólo tres años.
Desde la Plataforma Gais Contra el VIH no aceptaremos ningún otro plan que no sea éste. La experiencia nos ha demostrado que bajo una pretendida integración de nuestro colectivo en estrategias transversales de respuesta a la epidemia, se nos ha diluido y negado una solución efectiva que nos ha conducido donde nos encontramos ahora. No admitiremos planes de acción que parecen más bien pensados para justificar y perpetuar lo que se ha hecho hasta ahora en lugar de encaminados a la innovación y a afrontar los retos que hoy en día nos plantea la epidemia.
Hace unos días, el presidente de Afirma’t y yo mismo, desde la Plataforma Gais Contra el VIH, dirigimos una carta abierta al presidente de la Generalitat. En la carta pedimos al presidente no dar por ganada antes de tiempo la batalla contra el sida y, sobre todo, voluntad política y visión de futuro.
En este mismo sentido también queremos ser muy exigentes con el Ayuntamiento de Barcelona que, el pasado mes de noviembre, aprobó por unanimidad la adhesión a la Declaración de París. Una declaración que compromete a las ciudades con alta prevalencia de VIH, como la nuestra, a disponer los recursos necesarios para llegar a 2020 alcanzando los objetivos de ONUSIDA de reducir significativamente la incidencia de nuevas infecciones.
Si de verdad queremos alcanzar estos objetivos, también a nivel municipal deben producirse cambios sustanciales en relación a lo que se ha venido haciendo hasta ahora y trabajar juntos de manera coordinada en este mismo plan de acción específico que exigimos para nuestro colectivo.
Catalunya y Barcelona tienen que decidir de una vez por todas si están o no dispuestas a acabar con la epidemia ahora que tenemos las herramientas para hacerlo. Exigimos, que nuestro país y nuestra ciudad se conviertan en referentes mundiales por su liderazgo y compromiso contra el VIH.
Los hombres gais cargamos en nuestra historia individual y colectiva con miles de muertos, un inmenso sufrimiento y una pérdida irreparable. Ahora, por primera vez en la historia, tenemos una oportunidad única para cambiar el curso de la epidemia y no podemos desaprovecharla. Si lo hacemos, las generaciones futuras nos juzgarán severamente. Tenemos las herramientas, los conocimientos y la experiencia para lograrlo, pero sentimos que nos falta algo imprescindible: ¡voluntad política! Y esto, permítanme que se lo diga, está en sus manos, no en las nuestras.
Muchas gracias.
Barcelona, 21 de mayo de 2016