- El estudio ARBRE, liderado por la Fundación Lucha contra el Sida, comenzó hace un año con el objetivo de evaluar cómo influyen las últimas terapias antirretrovirales en elsistema nervioso central.
- Ahora, gracias a la colaboración de BCN Checkpoint y el Instituto de Diagnóstico por la Imagen, el estudio se ampliará contando con la participación de voluntarios seronegativos.
- Se comparará el funcionamiento cerebral de personas con VIH que empiecen el tratamiento de manera precoz, personas que lo comiencen de forma más tardía, y personas sin VIH.
- Tanto los objetivos del estudio como los métodos que se utilizarán para la obtención de resultados son pioneros en España.
Barcelona, 27 de octubre de 2016. El estudio ARBRE pretende determinar los beneficios de los últimos fármacos antirretrovirales sobre el funcionamiento cerebral. Se sabe que el VIH alcanza el cerebro desde los primeros días después de la transmisión, pero hasta el momento los estudios que han investigado la eficacia de los tratamientos antirretrovirales en los trastornos cognitivos asociados al VIH se han centrado en aspectos muy específicos y tienen limitaciones importantes. La mayoría de los estudios realizados están basados en tratamientos antiguos, los cuales hoy en día no se prescriben. En cuanto a las terapias antirretrovirales más actuales, que están combinadas principalmente con una familia de fármacos (los inhibidores de la integrasa), no disponemos de información. Además, los parámetros investigados hasta el momento han sido muy concretos: aún se desconocen los efectos de los antirretrovirales en funciones cognitivas como la memoria o el aprendizaje, por ejemplo. La mayoría de estos estudios previos tampoco han tenido en cuenta el momento de inicio del tratamiento, que puede ser más o menos próximo al momento de la infección. En la actualidad el tiempo entre la transmisión del virus y el momento de inicio del tratamiento se está acortando de forma sustancial, con la relevancia que ello implica a diferentes niveles de salud.
Gracias a la colaboración de BCN Checkpoint, un centro comunitario para la detección del VIH y otras infecciones de transmisión sexual, y del Instituto de Diagnóstico por la Imagen, el estudio ARBRE adquirirá una nueva dimensión con la inclusión de participantes seronegativos. Así pues, se recogerán datos del funcionamiento cerebral de personas con VIH que inicien tratamiento antirretroviral de una forma precoz (menos de 3 meses entre el momento de la transmisión y el inicio de la terapia antirretroviral), personas que lo inicien de forma más tardía (> 6 meses), y personas seronegativas.
“En la investigación alrededor del VIH, las conclusiones que se extraigan a partir del análisis del funcionamiento cerebral de estos tres grupos de participantes pueden ser reveladoras y tener un gran impacto” explica el investigador principal del estudio, el Dr. Jose A. Muñoz-Moreno. Y añade que “en el caso de las personas seronegativas, la información obtenida será prioritaria, ya que no es habitual explorar el estado del cerebro de manera tan exhaustiva en la población general sin ninguna patología específica. La participación de estos voluntarios sin la infección es de gran interés, tanto en la investigación del VIH como en la investigación biomédica en general”. El proyecto también abre la puerta, en el caso del grupo de personas seronegativas, a investigar la influencia sobre el funcionamiento cerebral de variables como el nivel de escolaridad, el consumo de drogas, o el estado emocional, por ejemplo.
El estudio, que se desarrolla en el Hospital Germans Trias i Pujol (Badalona), conlleva la realización de tres visitas en un año. En cada una, los participantes se someten a una extracción de sangre y a varias exploraciones para evaluar su funcionamiento cerebral de una forma global: valoración del funcionamiento cognitivo evaluando la memoria, la concentración o el aprendizaje, entre otras áreas; pruebas funcionales de la vida diaria, de forma autoreferida pero también con métodos objetivos; y marcadores de neuroimagen que incluyen parámetros de volumen de regiones cerebrales, densidad neuronal, marcadores inflamatorios, indicadores de posible daño de la sustancia blanca, y marcadores de conectividad y funcionalidad cerebral, entre otros. Las evaluaciones se realizan justo antes del inicio de la terapia, un mes después del inicio, y 12 meses después.
Cuando el estudio finalice, los participantes obtendrán los resultados de todas las pruebas que se les hayan realizado sobre su estado neurológico.